El trifosfato de adenosina (ATP) es el combustible de nuestro cuerpo para la energía; cuanta más energía tenemos, más puede utilizar nuestro cuerpo esa energía para realizar sus funciones de forma efectiva, como los procesos de rejuvenecimiento y reparación.
Al estimular las funciones internas de la piel desde el exterior, puede lograr resultados visibles a largo plazo. La terapia de luz, por lo tanto, estimula las capacidades regenerativas del cuerpo y por lo tanto es un tratamiento completamente natural.
Las diferentes longitudes de onda y colores ofrecen diferentes beneficios a la piel. Por ejemplo, la luz roja tiene efectos antienvejecimiento mientras que la luz azul se dirige y mata las bacterias que causan el acné.
A diferencia de muchos otros tipos de tratamientos, la fotobioestimulación (LLLT) es completamente segura, no invasiva, libre de químicos y no tiene efectos secundarios dañinos.